POEMAS DE ESTELA FIGUEROA

Una rosa. Una rosa. Todo lo que quería de él era una rosa.
No una rosa cualquiera. Una rosa roja.
Se cansó de pedírsela. Él se reía.
Nunca hay que reírse de los deseos de alguien que nos ama.
El hombre enfermó gravemente. Ella lo cuidó con devoción. En
la casa. En el hospital.
Murió en medio de una hemorragia. Un poco de sangre salpicó
las manos de la mujer, que en estado de éxtasis exclamó:
-¡La rosa roja! ¡La rosa roja!



SENTIMENTAL
Mis sentimientos rodean
la cintura del mundo
como dos largas manos
cuyos dedos se rozan.
O como un elástico
demasiado tensado
que de pronto se corta.



DE CERCA, DE LEJOS
A una herida
sucede otra.
A cada herida
un vendaje.

Transeúnte:
no quiero
que me miren.

De cerca debo
parecerme a una momia.
De lejos
una novia abandonada.



TRAGEDIA GRIEGA
A veces la confusión se produce
al elegir un rol equivocado.

Algunos sólo servimos
para estar en el Coro
diciendo parlamentos y canciones
que aclaren las pasiones de la Obra.

Cuando la vanidad
la euforia o simplemente
la grandeza del tema
nos convierte en actores
pralizados
olvidamos el texto
quedando en un ridículo silencio.



Estela Figueroa
El hada que no invitaron (Buenos Aires: Bajo la Luna, 2016)




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